sábado, 11 de octubre de 2014
Esta carta está escrita para ti: hombre o mujer, joven o viejo… ¿qué más da, si es para ti? Escribo estas líneas para una persona que sepa lo que es la soledad. Esta carta es para quien necesite un abrazo o un simple saludo. Una persona que pueda aprovechar estas palabras, y que con ellas se pueda animar. Una persona que alguna mañana haya visto claras sus equivocaciones y sus consecuencias. Alguien que aun en el deseo de ser de otra manera, tropieza siempre en la misma piedra, esa que nos sorprende porque forma parte de lo que realmente somos, aunque aún no lo sospechamos.Escribo para quien frecuentemente se descubre emocionado, con el corazón girando como un molinillo de deseos pero sin reconocer de dónde proviene tal viento ilusionado. Alguien así, entenderá que algunos días el mundo queda muy bajito y otros aprisiona con su sombra. Sabrá comprender también los días pesados y plomizos en que nos encontramos varados, sin dirección ni rumbo y necesitamos que alguien a nuestro lado agarre el timón. Se reconocerá en ese esfuerzo de remar, remar, y remar hasta que de nuevo aparezca tierra en el horizonte.
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