jueves, 19 de junio de 2014
Hace tres años que lo vi. Para ese entoces yo tenía menos cabeza y él más pelo, pero era lindo. Su seriedad me enloquecia, fue por eso que me gustaba tanto. El problema era que él no sabía nada de nada y yo aún no me atrevía. Me vivía admirándolo en los recreos, en las clases de francés, y esas clases se habían vuelto mis favoritas. Su mirada penetraba en mi como un rayo de sol. Pasaba el tiempo y yo no me animaba, sólo imaginaba lo lindo que sería sin ser cierto lo que mi pobre corazón se inventaba. Pasaron los meses y yo estaba cada vez más loca, loca y muda. Uno y dos años transcurrieron, y yo muda aún... Mi amor por él era un sentimiento platónico sin sentido y cualquiera de mis amigos creía que estaba demente. Llego el último año y con él la graduación y mi pase a una nueva etapa sin él, para mi era el fin del mundo ya que todavía no me había atrevido a hablar. Tres días antes de la despedida fui con una amiga a su salón, estaba sólo y mi amiga tuvo que salir al baño, me quedé viéndolo a los ojos y tras el minuto de tiempo, salió de su linda boca una risa que me preguntaba si estaba bien, yo con gran nerviosismo le dije que sí, que estaba bien pero que estaba así porque extrañaria sus clases. Entró una mujer, no podía decir nada. Yo era sólo una aprendiz. No sabía bien si era amor..
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